
Artículo escrito por «Reflexiones Terapia Team»
Nos están bombardeando con «si quieres puedes» pero analizar esta oración de tres palabras, supone analizar toda nuestra infancia y nuestra adolescencia.
Sentí la necesidad de reivindicar el derecho a decir «no puedo…lo que tú quieres que pueda, porque yo no quiero lo que tú quieres que pueda».
La responsabilidad de la familia, de la sociedad…y no sólo apelar a la individualidad, decirle a UN individuo que si quiere puede, y que si no hace algo es porque no lo ha intentado lo suficiente…
Hablo del comienzo, de cuando mi pequeño de cinco años quiere jugar con la plastilina y yo le digo que no, que mejor se ponga a dibujar y saco hojas, una caja de rotuladores con todas las variaciones posibles de punta fina, de punta gorda, distintos formatos de hojas… y le animo: -«¡venga, ponte a dibujar!»- y me siento a dibujar con él y recuerdo mis clases de dibujo cómo me gustaban. Y al día siguiente le caso otra vez los útiles de dibujo y me acabo olvidando de que lo que él me pidió…es jugar con la plastilina y quizás incluso le acabo inscribiendo en clases de dibujo, porque yo opino que tiene potencial, (pero él quería jugar con plastilina)… y con el tiempo le digo que no dibuja mejor porque no se esfuerza lo suficiente y ahí está nuestro primer -«no es que no pueda, es que no quiero, yo lo que quería era jugar con plastilina, pero se me ha olvidado que quería jugar con plastilina y ahora lo que sé, es que no estoy a gusto con lo que estoy haciendo pero no sé por qué…»-imaginaos esto con cualquier otra actividad de la vida…
Llegada la cercanía de la adolescencia, quiere hacer un deporte y tenemos la posibilidad de que elija entre varios, natación, fútbol, danza moderna… mi niña elige fútbol y no es por cuestión de tiempo, porque como comentaba imaginemos que podemos acceder a cualquiera de las tres, sin ningún problema pero yo le aconsejo, que mejor la natación, porque es un deporte más completo, porque incluso le va a servir de relajación y la apunto a natación y ¡fíjate! que no se le da mal (pero ella quería fútbol). Y entra en el equipo de natación, y a lo mejor incluso se presenta a alguna competición y no se le da mal, y empezamos a transmitirle (todo su contexto alrededor) que tiene que dar un paso más, que si quiere puede, pero le decimos que no está poniendo todo su empeño y a lo mejor lo que le pasa es que ella hace cuatro años quería hacer fútbol y no natación y no es que no pueda es que no quiere, pero ya no se acuerda de que no quiere y solo sabe que se siente mal…
No hemos dejado que prueben sus caminos…
«no es que no pueda, es que no quiero, yo lo que quería era jugar con plastilina, pero se me ha olvidado que quería jugar con plastilina y ahora lo que sé, es que no estoy a gusto con lo que estoy haciendo pero no sé por qué…»
Vamos a la siguiente etapa- «Papá, mamá, quiero estudiar filosofía» -«Hijo, con las notas tan buenísimas que tienes, métete en alguna carrera de ciencias». -, en otro lugar, -«Mamá, papá, quiero estudiar matemáticas, de las difíciles»- «»Pero hija, con las notas que llevas mejor cógete otra cosa más fácil…»-
Y al cabo de un tiempo resuena esta frase en la sociedad…»No es que no puedas, es que no lo has intentado lo suficiente» y a lo mejor, lo que pasa es que estamos intentando, sin darnos cuenta, la vida de otra u otras personas y no la nuestra propia.
Yo caminaré hacia lo que yo quiero. Yo lo intentaré por mis caminos, no intentes que yo siga la ruta donde tu camino se cortó.
Aconséjame, acompáñame, ayúdame hacia mi objetivo, no intentes formarme a conseguir el tuyo. Si me intentas asustar con el cuento de Caperucita, para que siga por tu camino y no por el que yo quiero probar, caminaré tu camino asustado, desmotivado e incluso si consigo tu objetivo, ninguno de los dos lo disfrutará porque no será ni tuyo ni mío. Porque yo no lo he elegido y porque tú no lo has conseguido.
Acompáñame, aconséjame en el camino hacia mi objetivo. Acompáñame, aconséjame en la búsqueda de objetivos, de caminos, pero déjame que pruebe caminos adecuados a cada etapa de mi vida hasta que yo elija mis objetivos y por qué camino quiero llegar a ellos.
Acompaña, aconseja, escucha y enseña a escuchar (escuchando) habla y enseña a hablar (hablando)…en cada etapa, en las familias, en la escuela en la vida.
Artículo de «Reflexiones Terapia Team«

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