Pornografía y mujer; avances sociales y paradójicos retrocesos en la adolescencia

Pornografía: «Representación explícita de actos sexuales que busca producir excitación» (definición de la RAE)

Producir «excitación sexual»… ¿qué pasa cuando eso se le muestra a una persona que aún no ha tenido el despertar sexual, pongamos con 8 o 9 años? Y es que sí, desde que en esta era digital, los padres y madres regalamos o dejamos que se utilice una herramienta donde está TODO, como es cualquier dispositivo con acceso a internet, el porno ha entrado en la vida de los niños y niñas sin avisar y sin tener en cuenta si se está preparado o no.

Pero ese no es «sólo» el riesgo, sino lo es también el aprendizaje sexual que estarán tomando como válido. Ellos y ellas piensan que esto es lo que hacen los adultos, que esto es lo que es el sexo, y por ende, lo que deben hacer ellos para ser adultos y adultas de una vez por todas (que es para lo que les prepara la adolescencia).

Prácticas de riesgo, violaciones grupales, actos violentos y cosificación de la mujer es lo que se ve hoy en día en la pornografía por internet… pero una cosa… ¡que no empiezan buscándolo! es que les llega a través de los videojuegos, RRSS o mensajería instantánea en forma de stickers o mensajes de grupos de amigos.

Resulta que llevamos años de lucha por obtener los derechos igualitarios entre hombres y mujeres; tenemos avances sociales en temas como el laboral (aún queda mucho por andar), también en el reparto de las tareas domésticas o en el cuidado de los hijos, como bajas paternales, derecho a horas por acompañamiento al menor para visitas médicas, etc.,… repetimos, aún quedan muchos derechos de igualdad por conseguir. Pero de repente, nos vemos metidos en un mundo que echa para atrás los conceptos básicos de igualdad y de dignidad hacia la mujer: la pornografía vista, consumida, aceptada y normalizada por parte de los y las adolescentes. ¡Pues vaya pan que hemos hecho!

Hablando con muchos de estos adolescentes nos cuentan que ven cosas horribles, que realmente son violaciones y vejaciones hacia la mujer. Que son actos que denigran a la mujer y que cuando comienzan a tener sus primeros encuentros amorosos, en la parte sexual todo va muy rápido y encima sale mal. Que no entienden (las chicas) por qué eso se supone que las tiene que gustar, porque claramente no las excita para nada, pero que no saben si deben de hacerlo o no porque nadie les habla de sexualidad de verdad. Esto lo demandan tanto ellos como ellas.

Lo más cruento de todo esto es que lo tienen normalizado!!

Así que, ¿por qué no nos planteamos una educación sexual en los centros educativos? Esa que se llama educación afectivo-sexual. ¿Por qué no informamos más a los padres, madres o tutores legales sobre la pornografía que les llega (porque les llega, que nadie piense que es ficción y sólo les pasa a algunos o algunas pocas)? ¿Por qué no potenciamos esa comunicación en familia o preparamos mejor a las familias para tener ciertas conversaciones? Y ya puestos, ¿por qué no se exige YA una legislación efectiva para la pornografía en internet para menores?

De esto y de mucho más hablamos cuando tratamos esta charla en los centros educativos, asociaciones o ayuntamientos y cuando explicamos cómo afecta al nivel del desarrollo de la empatía o a cómo se produce la adicción en sus cerebros infantiles y adolescentes… entonces… nos echamos las manos a la cabeza, tomamos conciencia y comenzamos a ayudar a nuestros hijos e hijas y a exigir protección.

Niñas que piensan que deben hacer actos sexuales adultos con la madurez afectiva y mental de un bebé cuando está aprendiendo a dar sus primeros pasos en la vida. ¡Un posible desastre en su edad adulta!

Niños que creen que en un acto íntimo, la niña debe ser agredida porque eso es el sexo.

Ahí os dejamos las reflexiones

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